domingo, 14 de diciembre de 2008

LA HOMOSEXUALIDAD

LA HOMOSEXUALIDAD
Félix Ortiz
Felixortiz@arrkis.es
I



1. Perspectiva bíblica.

A. El Antiguo Testamento

En la primera parte de la Biblia nos encontramos básicamente con dos tipos de pasajes que abordan el tema de la homosexualidad.

1. Sodoma y Gabaa. Se trata de dos pasajes extraños. El primero es ampliamente conocido y se encuentra en Génesis 19:1-13. Los ángeles enviados por Dios para la destrucción de las malvadas ciudades del valle se hospedan en casa de Lot, el sobrino de Abraham. Cuando los habitantes de la ciudad se enteran, cercan la casa de Lot y piden a éste que les entreguen a los huéspedes para tener relaciones sexuales con ellos (parece deducirse del contexto que se trataría de llevar a cabo una violación homosexual en grupo). Lot se niega y ofrece a cambio a sus hijas. Ante la creciente violencia de los sodomitas, los ángeles intervienen y ciegan a los habitantes de la ciudad. El resto, la destrucción de las ciudades es ampliamente conocido.

2. Gabaa es un episodio similar. Un levita de camino hacia su destino, decide pasar la noche en Gabaa, localidad de la tribu de Benjamín. Allí es alojado por un anciano en su propia casa. Algunos habitantes de la población al enterarse de ello, piden al anfitrión les entregue al huésped para proceder, a lo que nuevamente, parece ser una violación en grupo.

3. Los otros dos pasajes se encuentran en el libro de Levítico y como afirma John Stott en su libro, Homosexualidad ¿una opción cristiana?, ambos están en el contexto de los códigos de santidad dados por Dios para el pueblo de Israel. Estos códigos tenían como finalidad instar al pueblo de Israel, a guardar las leyes de Dios y no imitar ni a sus vecinos de Canaán ni a Egipto, el pueblo donde habían vivido en esclavitud. Ambos pueblos practicaban una amplia gama de relaciones sexuales a niveles no permitidos para los seguidores de Dios. Los pasajes de Levítico dicen lo siguiente:

a. No te acuestes con un hombre como si te acostaras con una mujer. Ése es un acto infame (18:22) Dios habla hoy.
b. Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame (20:13) Dios habla hoy




B. El Nuevo Testamento

En la segunda parte de las Escrituras las referencias aparecen en los escritos paulinos. Vamos a revisar los comentarios hechos por el apóstol.

1. Romanos 1:18-32. Es un pasaje largo en el que Pablo hace una descripción de la perversión y corrupción del mundo clásico grecorromano. Los versículos 26 y 27 son los que abordan el tema de la homosexualidad, en ellos leemos:

a. Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Incluso sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra naturaleza, y, de la misma manera los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen acciones vergonzosas, y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión. (Dios habla hoy)

2. La siguiente cita paulina la encontramos en 1 Corintios 6:9-10. La referencia a la homosexualidad no aparece aislada, sino en el contexto de una serie de conductas que incapacitan para la entrada en el reino de Dios. Pablo afirma:

a. ¿No sabéis que los malvados no tendrán parte en el reino de Dios? No os dejéis engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que cometen inmoralidades sexuales, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los hombres que tienen trato sexual con otros hombres, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los tramposos.
(Dios habla hoy)

3. La última referencia del apóstol la encontramos en 1 Timoteo 1:8-11. El contexto del pasaje es una explicación que Pablo hace acerca del propósito de la ley moral de Dios.

a. Sabido es que la ley es cosa excelente, si se aplica con rectitud. Sabido es también que la ley no está hecha para los buenos ciudadanos; está hecha para los malvados y los rebeldes, para los impíos y pecadores, para los sacrílegos y profanadores de lo santo, para los parricidas y los matricidas, para los asesinos, los lujuriosos, los homosexuales y los que trafican con personas, para los embaucadores y perjuros y, en una palabra, para todo vicio que se oponga a la sana enseñanza del glorioso mensaje de salvación que el bienaventurado Dios me ha confiado. (Nuevo Testamento Interconfesional)

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